El director de Jobing, Fabio Boggino, fue uno de los disertantes. Otros expositores fueron: Gabriel Pineda, CEO de DATCO; Víctor Feingold, CEO de Contract; Pablo Barbieri, abogado del Estudio Funes de Rioja & Asoc y Maximiliano Ponzio, periodista del Diario Interactivo de Negocios.

“En el futuro, el teletrabajo no será una opción sino un camino inevitable para las corporaciones”, aseguró el director de Jobing, Fabio Boggino, en el encuentro sobre “Teletrabajo en la Argentina”, que se llevó a cabo en la Universidad Católica Argentina.

Respecto a esta modalidad de trabajo a distancia, Boggino explicó que las principales barreras para su adopción no son tecnológicas ni contractuales sino culturales.

También vinculó la resistencia al teletrabajo a una cuestión generacional. “En un estudio realizado por Jobing, sobre 400 ejecutivos de todo el país que accedieron voluntariamente a responder una encuesta online, sólo el 37% de los cargos más jerárquicos cree que sus empleados pueden teletrabajar. Esto es así porque los jefes con cargos más altos en las empresas, que son los de más edad y antigüedad en las compañías, tienen una visión más tradicional de la organización del trabajo”, explicó.

Finalmente, Boggino comentó que actualmente casi 2 millones de personas teletrabajan en la Argentina. “De esa población, el 90% trabaja como autónomos o emprendedores y tan sólo el 10% lo hace en relación de dependencia”.

Gabriel Pineda, CEO de DATCO, retomó la cuestión generacional. “Para los chicos más jóvenes no es sorprendente teletrabajar ya que ellos televiven: mandan SMS desde sus celulares, se comunican con sus amigos por Facebook y por Twitter. Para ellos, relacionarse a distancia es de lo más natural”.

Víctor Feingold, CEO de Contract, se refirió a la revolución que significó el teletrabajo en el diseño de los nuevos espacios de trabajo. “La configuración de la oficina debe reflejar el modo de trabajar; un trabajo flexible requerirá un espacio flexible, con un incremento de las áreas compartidas en detrimento de las privadas, versatilidad para la reconfiguración y adaptación a los distintos requerimientos, espacios que favorezcan los encuentros ocasionales, las reuniones informales, el trabajo en equipo”. También destacó que los nuevos entornos laborales deben estar preparados con salas para videoconferencia y telepresencia.

Pablo Barbieri, del Estudio Funes de Rioja y Asociados, comentó que, en los aspectos legales, la contratación de un teletrabajador no difiere de la de un trabajador presencial.

Finalmente, Maximiliano Ponzio, del Diario Interactivo de Negocios, contó que en su emprendimiento periodístico han contratado a una administrativa que teletrabaja. Lejos de definiciones académicas o eruditas sobre el teletrabajo, Ponzio prefirió el humor: “Si hace 10 años, en una cena de amigos, alguien miraba para abajo era porque se le había caído una miga o un pedazo de comida al suelo. Hace 5 años,  era porque quería apreciar su nuevo celular. Actualmente quien mira ensimismado hacia su regazo, en una comida de amigos, es porque está respondiendo algún mail, es decir, está teletrabajando”.